No es suficiente con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para lograrla
Oskar Schindler
[Svitavy (República Checa), 28 de abril de 1908 – Hildesheim (Alemania), 9 de octubre de 1974]
Emprendedor, agente comercial, empresario industrial, fabricante y espía
No es suficiente con hablar de paz | Oskar Schindler
Oskar Schindler fue un empresario alemán que salvó la vida de cerca de 1.200 judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Ya que los empleó como trabajadores en sus fábricas de utensilios de cocina y munición, ubicadas en las actuales Polonia y República Checa.
Su historia se cuenta en ‘El arca de Schindler’, novela de ficción histórica del escritor australiano Thomas Keneally y ganadora del premio Booker en 1982. Así como en la famosa película basada en ella, ‘La lista de Schindler’ (1993), dirigida y coproducida por Steven Spielberg, con guion de Steven Zaillian.
Y ambas reflejan a Oskar Schindler como un oportunista que en principio sólo busca sacar beneficios. Aunque se convirtió en una persona de gran iniciativa, tenacidad y dedicación tras ver las matanzas de judíos por parte de los nazis. A partir de entonces se las ingenio para salvar la vida de más de muchísimos de sus empleados.
Nacido en Svitavy (Zwittau en alemán) en los Sudetes alemanes de Checoslovaquia, antes había ejercido de espía. Ya que en 1936 se alistó en la Abwehr, el servicio de inteligencia de la Alemania nazi, y fue asignado al Abwehrstelle II Comando VIII, con base en Breslau. Oskar Schindler siguió trabajando para la Abwehr hasta el otoño de 1940, cuando lo enviaron a Turquía para que investigara la corrupción entre varios oficiales de los servicios de inteligencia asignados a la embajada alemana en aquel país.
Tras la guerra, últimos años y reconocimientos de Oskar Schindler
Tras acabar la contienda, Oskar Schindler ya había gastado toda su fortuna en sobornos y suministros para sus trabajadores. Vivió un breve tiempo en Ratisbona y después en Múnich. Sin embargo, debido a su pasado nazi, no consiguió prosperar en la Alemania de posguerra. De hecho, tuvo que sobrevivir gracias a la ayuda de organizaciones judías.
Emigró a Argentina en 1949, pero tras quebrar su negocio de pollos y pieles de nutrias regreso a Alemania en 1958. Allí montó varias empresas que tampoco prosperaron. Así que en 1963 se declaró en bancarrota y sobrevivió gracias a donaciones de los ‘Judíos de Schindler’, que le llegaron de todo el mundo.
Tras su muerte en 1974, fue enterrado en el cementerio católico del Monte Sion de Jerusalén. Es la única persona que fue miembro del partido nazi que goza de ese honor.
Además, en 1963 y por su labor durante el conflicto mundial, se le nombró Justo entre las Naciones, una distinción otorgada por el estado de Israel a no judíos que jugaron un papel activo en la defensa de los hebreos durante el Holocausto. Asimismo, en 1966 se le entregó la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania. Y en 1968 la Orden Ecuestre de San Silvestre Papa y Mártir del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En la frase del domingo en Pongamos que Hablo de Madrid | La Revista de Madrid, Oskar Schindler afirma que: «No es suficiente con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para lograrla».