«Un hombre negro no es un blanco menos desarrollado. De la misma manera que un conejo no es una liebre subdesarrollada.»
Mary Kingsley
(Islington, Londres, Reino Unido, 13 de octubre de 1862 – Simon’s Town, Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 3 de junio de 1900)
Escritora y exploradora.
La viajera británica por el continente africano nos dice en esta frase que ‘un hombre negro no es un blanco menos desarrollado’.
Un hombre negro no es un hombre blanco | Mary Kingsley
Mary Henrietta Kingsley era hija del médico y escritor de viajes George Kingsley y de Mary Bailey. Y, por tanto, sobrina del novelista Charles Kingsley. Fruto de la educación victoriano, no fue a la escuela. Sin embargo, aprendió a leer y a escribir en su casa, donde disponía de una gran biblioteca. Y aprendió alemán, que le sería muy útil en sus viajes africanos. Además, desde su primera juventud, mostró una gran curiosidad, un espíritu incorformista y unas inquietudes viajeras.
A los 30 años, tras perder a sus padres y verse con una renta anual de 500£, decidió viajar a África para terminar un libro incloncluso de su padre sobre las culturas africanas. Así se dirigió a Angola pasando primero por las Islas Canarias para aclimatarse. Allí pasó un par de años antes de volver a Inglaterra.
A finales de 1894, Mary Kingsley regresó al continente africano. Aunque esta vez acompañada por Ethel Armstrong MacDonald, esposa del gobernador de la colonia Oil Rivers Protectorate y de la que se haría muy buena amiga. Esta vez también pasó por territorio español, pues se dirigieron a la isla de Fernando Poo para reunirse con Mr. MacDonald. Después, duarnte varios años, recorrió los ríos del Congo, descubriendo zonas inexploradas por el hombre blanco.
Y, en 1895, a su vuelta a Inglaterra fue recibida por numerosos periodistas ansiosos de entrevistarla. Su fama la había adelantado.
En 1897 publicó en 1º de sus 2 libros de aventuras por África: ‘Viajes por el África Occidental’. El 2º lo publicó en 1899: ‘Estudios sobre África Occidental’.
De vuelta al continente africano, Mary Kingsley se alistó voluntaria como enfermera en la Segunda Guerra de los Bóeres. Y murió de tifus cuidando a los prisioneros. Fue sepultada en el mar, según deseaba.