Madrización es la etiqueta, el epígrafe bajo el cual se reúnen una multitud de iniciativas y actividades que aglutinan las aportaciones de artistas de muy diferentes ámbitos. Madrización es la canalización para dar forma, unidad y continuidad a todas estas propuestas artísticas y culturales.
Madrización puede entenderse, pues, como una corriente de interacción entre lo individual y lo colectivo. Podría preguntarse qué proyecto de gestión cultural no lo es. Pero en nuestro caso existe una pretensión de conciencia que hace explícita esta mutua nutrición. Artistas y personas colaboradoras que se acercan al proyecto lo hacen con afán de formar parte de una identidad colectiva. Y, por su parte, desde la gestión global del proyecto se busca propulsar la propuesta artística de cada participante como individual y única, pero también como potencial complemento de otras colaboraciones, tejiendo redes y sinergia entre todas aquellas personas que se acerquen a la iniciativa.
Este espíritu de confluencia es la corriente subterránea que aflora también en otro de los elementos definitorios del proyecto Madrización: su relación con el espacio.
Madrización es Madrid, para Madrid y en Madrid. Pero, paradójicamente, la relación de Madrización con la ciudad que le da cuna, localización y nombre es contingente. Madrización podría ser proyecto en cualquier otro lugar. Estar afincado en la capital española lo dota de una idiosincrasia concreta y no intercambiable; Madrización sin Madrid no sería Madrización. Pero sería otro «-ación», otro movimiento con idénticos objetivos, espíritu y metodología.
Esta «a(c)ción» es una iniciativa urbana, su lugar propio es la ciudad. Sin embargo, esta ciudad no refiere a un espacio físico -o no solamente- sino a un espacio conceptual. La ciudad es un tejido denso e interconectado poblado por individuos que la necesitan y que a su vez son necesitados por ella. Las comodidades y posibilidades de desarrollo que ofrecen una ciudad atraen a ella a sus habitantes, y éstos por su parte le dan forma a la propia ciudad, la levantan, construyen y modifican. Se encuentran y cruzan trazando relaciones que les entrelazan. Lo mismo acontece con el colectivo Madrización. Y lo mismo con cualquier ente colectivo, como es la propia sociedad, cualquier sociedad.
Ines Espiñeira