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Mi crimen ha sido pensar | Nawal El Saadawi

Mi crimen ha sido pensar | Nawal El Saadawi

Considerada una de las feministas más importantes de su generación, en su libro de 1972 'Mujeres y sexo' denunció la práctica de la mutilación genital femenina

«Mi crimen ha sido pensar, sentir. Pero, para mí, escribir es como respirar el aire de la vida. No puedo parar».

Nawal El Saadawi

(Kafr Tahla [Reino de Egipto], 27 de octubre de 1931-El Cairo [República Árabe de Egipto], 21 de marzo de 2021)

Médica, psiquíatra, escritora, feminista y política

Mi crimen ha sido pensar | Nawal El Saadawi

Nawal El Saadawi (en árabe: نوال السعداوي, romanizado: Nawāl as-Saʿdāwī) está considerada una de las feministas más importantes de su generación. En su libro de 1972 ‘Mujeres y sexo’ denunció la práctica de la mutilación genital femenina. Y ello la llevó a perder su trabajo como directora general de Salud Pública del Gobierno de Egipto. Una práctica que ella misma había sufrido, ya que a los 6 años, la ‘daya’ (comadrona) le practicó la ablación del clítoris, una tortura que marcó su vida y su obra.

Tras estudiar Medicina en la Universidad de El Cairo (Egipto), se especializó en Psiquiatría. Y dedicó sus primeros años como médica atendiendo a pacientes del ámbito rural en su pueblo natal, Kafr Tahla. Asimismo observó las dificultades y desigualdades a las que se enfrentaban las mujeres campesinas.

De este modo adquirió un compromiso crítico, que fue en aumento a medida que crecía como médica y escritora. Y también como activista política en el Egipto de Gamal Abel Nasser. Así, en 1957, plasmó sus experiencias y reflexiones en ‘Memorias de una doctora’, que habían sido publicadas por capítulos en el magazine ‘Rose al-Yousef’. Un libro que generó un impacto notable tanto en Egipto como en el mundo árabe.

Desde 1955 hasta 1965 trabajó en el Hospital Universitario. Y en 1966 se graduó en Salud Pública en la Universidad de Columbia (Estados Unidos).

La década de 1960 fue una etapa profesional productiva y de responsabilidad para Nawal El Saadawi. Ya que de 1966 a 1972 ejerció de directora general del Departamento de Educación Sanitaria en el Ministerio de Sanidad de Egipto. Además, entre 1968 y 1972, asumió también la secretaría general adjunta de la Asociación Médica de Egisto.

Años difíciles y de exilio

Sin embargo, la muerte de Gamal Abel Nasser y la llegada al poder de Anwar el-Sadat, en 1971,  significaron un cambio en su situación profesional. Así como mayores dificultades para compaginar su trabajo como médica con la escritura.

Ese mismo año, Nawal El Saadawi fundó la Asociación Egipcia de Mujeres Escritoras​. Y en 1972 publicó ‘Women and Sex’ mientras seguía en su puesto de directora general de Educación Sanitaria. Asimismo, fundó y editó la revista ‘Health’.

Con el nuevo régimen egipcio sus trabajos se censuraron, pues el sexo era un tema tabú en la sociedad egipcia y sus opiniones resultaban muy controvertidas. Además se la cesó en el ministerio, en el puesto de redactora jefa de la revista que ella misma fundó y de la secretaría general adjunta de la Asociación Médica de Egipto. Por último, pasó a engrosar la lista negra, entre otras cosas, por opinar sobre la situación de las mujeres en una de las conferencias que impartió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Ain Shams de El Cairo.

Así que, para evitar la censura, empezó a publicar en el Líbano y en 1972 se exilió a este país. Ella misma afirmó: «me sentía extranjera en mi país».

No obstante, su actividad política no concluyó. Desde 1974 hasta 1978 formó parte del Consejo Supremo de Artes y Ciencias Sociales de El Cairo como escritora. Y, fruto de esa simbiosis entre médica y escritora, trabajó en la investigación de la neurosis en las mujeres en la Universidad Ain Shams  entre los años 1973 y 1976 publicando su resultado en 1975 en la obra ‘Mujeres y Neurosis’.

La cárcel

Asimismo, en 1977  fundó la Asociación Africana para la Investigación y el Desarrollo de las Mujeres, de la cual fue también vicepresidenta durante 10 años. Además, de 1978 a 1980, ejerció como consejera del programa de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para las mujeres de África y de Oriente Medio . Trasladó su residencia a Addis Abeba (Etiopía) y realizó continuos viajes a otros países africanos.

Sin embargo, desengañada también de la ONU, en 1980  dimitió del cargo y regresó a Egipto con la intención de volcarse en su trabajo de escritora. Sin embargo, en 1981 se la encarceló junto con otros egipcios opuestos a la firma de los Acuerdos de Paz de Camp David entre Israel y Egipto.

Su experiencia en prisión la narra en ‘Memorias de la cárcel de mujeres’, publicada en árabe en 1983. Así cuenta que se la arrestó en su casa a punta de pistola y sin orden de la Fiscalía General. Durante su estancia en la cárcel estuvo en la galería de las presas políticas, donde coincidió con otras mujeres activistas. Además estaba prohibido que las presas políticas tuvieran papel y lápiz, pero ella utilizó para sus notas papel higiénico y papel de liar cigarrillos.

Asimismo, cuenta que fue citada a declarar ante el fiscal acusada de atacar al Gobierno durante una conferencia en 1972, instigar a los estudiantes a la rebelión y a la revolución, tener inclinaciones marxistas y oponerse a la firma del Tratado de Camp David durante el Congreso Internacional de Mujeres celebrado en julio de 1980.

La liberación de Nawal El Saadawi no llegó hasta noviembre de 1981, después de la muerte de Anwar el-Sadat y tras informar de su situación por carta a Hosni Mubarak, el nuevo presidente de Egipto.

Activista política hasta su muerte

Nawal El Saadawi continuó con su activismo político y feminista hasta su muerte en 2021. No obstante, mientras crecía su popularidad en el mundo, aumentaba la presión y la censura en su país.

En 1982 fundó y presidió la Asociación Solidaria de Mujeres Árabes (AWSA). Una organización de carácter internacional que tenía por objetivo apoyar la participación activa de las mujeres árabes y musulmanas en en todos los ámbitos de la sociedad.

En 1983, fue cofundadora de la Asociación Árabe para los Derechos Humanos.

Y, en 1985, representó a los países africanos en la Conferencia de Nairobi organizada por Naciones Unidas.

En  1992 su nombre apareció en la lista negra de condenados a muerte por una organización terrorista. En 1993, ante las amenazas de muerte, se exilió a los Estados Unidos. Y trabajó como profesora invitada en diferentes universidades.

En 1994 formó parte del jurado del Premio Internacional de Literatura Neustadt, eligiendo al escritor marroquí Mohamed Choukri como su candidato.

En 1996 regresó a Egipto para continuar su activismo en favor de los derechos de las mujeres, en especial con su obra escrita. Aunque tuvo que luchar con las dificultades en cuanto a libertad de prensa y pensamiento.

Sin embargo, continuaban los problemas.

En 2001 sus obras fueron vetadas en la Feria Internacional del Libro de El Cairo. En 2001, 2002  y 2007 fue acusada de apostasía. Aunque se la absolvió y se la declaró inocente en todos los procesos.

En 2005 presentó su candidatura a la Presidencia de Egipto con la convicción que ya se producía un avance en los derechos de las mujeres. Aunque solo fuera por el debate que suscitó  su candidatura.

Asimismo, en 2011 durante la ‘Primavera Árabe’Nawâl El Saadâwi participó en las manifestaciones de la Plaza Tahrir en El Cairo.

Nawal El Saadawi: mi crimen ha sido pensar

Entre sus obras como escritora se cuentan novelas, relatos, memorias y ensayos, tanto en árabe como en inglés. Y algunas han sido al castellano:

  • ‘Mujer en punto cero’ (1989, 1991, 1994 y 2017);
  • ‘La cara desnuda de la mujer árabe’ (1991);
  • ‘Memorias de la cárcel de mujeres’ (1995);
  • ‘La caída del imán’ (1995 y 2000);
  • ‘Dios muere a orillas del Nilo’ (1996):
  • ‘La inocencia del diablo’ (1998);
  • ‘La mujer que buscaba’ (1998 y 2000);
  • ‘Las lágrimas de Hamida’ (1999);
  • ‘Prueba de fuego’ (2002);
  • ‘La hija de Isis’ (2003);
  • ‘Memorias de una joven doctora’ (2006);
  • ‘Dos mujeres en una’ (2008) y
  • ‘La cara oculta de Eva’ (2017),

Además de la publicación de 2 de estas obras en la Colección ‘Vivencias de mujer’ de la Editorial Altaya en 2008: ‘Memorias de una joven doctora’ (volumen 24) y ‘La hija de Isis’ (volumen 33).

Precisamente, de esta última novela, ‘La hija de Isis’, es la frase de Nawal El Saadawi este domingo en Pongamos que Hablo de Madrid | La Revista de Madrid: «Mi crimen ha sido pensar, sentir. Pero, para mí, escribir es como respirar el aire de la vida. No puedo parar».

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