La muestra ‘Humor absurdo’ define una constelación nueva de prácticas humorísticas absurdas en España. Y, partiendo de los ‘Disparates’ de Goya, se adentra en los siglos XX y XXI de la mano, entre otros, de Ramón Gómez de la Serna, Millán Salcedo, Amparo Segarra, José Gutiérrez Solana, Hidrogenesse o Miguel Noguera.
De este modo, atisbamos diferentes autores y propuestas humorísticas que se han producido en este país hasta la actualidad.
La constelación de prácticas humorísticas absurdas que muestra ‘Humor absurdo’ se basa de forma principal en el nonsense , jocoso y libre, y en el collage, la mecánica corta-pega, como procedimiento. Así, el disparate y la dislocación se revelan como las estrategias fundamentales en la búsqueda del efecto humorístico absurdo.
‘Humor absurdo’ puede contemplarse hasta el domingo 4 de octubre de 2020 en el Centro de Arte 2 de Mayo (CA2M) de la Comunidad de Madrid. Y con entrada gratuita.
Comisariada por Mery Cuesta, la exposición cuenta con los siguientes asesores:
- Joaquín Reyes, humor;
- Luís E. Pares, cine;
- Gloria G. Durán, vanguardias;
- Gerardo Vilches, cómic y humor gráfico;
- y Desirée de Fez, Internet.
Humor absurdo: una constelación del disparate en España
Además, La muestra ‘Humor absurdo’ se despliega como una constelación de nombres y prácticas y no sigue un hilo cronológico. El recorrido se articula en los 9 ámbitos siguientes:
- Hacia el disparate en España,
- Vanguardias y humor,
- Costumbrismo absurdo,
- Dislocación y abstracción,
- Humor surrealista,
- Vida doméstica,
- El individuo frente al sistema,
- Muerte y
- Más allá.
En total la exposición refleja más de 110 autores entre los que se encuentran:
- Gila,
- José Gutiérrez Solana,
- Faemino y Cansado,
- Miguel Noguera,
- Amparo Segarra,
- Millán Salcedo (Martes y Trece),
- Miguel Brieva,
- Flavita Banana,
- Manuel Summers,
- María Dolores de la Fe,
- Cifré,
- Hidrogenesse o
- Joaquín Reyes.
De este modo, el resultado de ‘Humor absurdo’ es una panorámica transgeneracional que define un humor que observa el mundo desde una posición lúdica y suspendida sobre las circunstancias de la pura actualidad. Y, en un presente en el que está hostigado por los límites y el odio, nuestro reducto de felicidad balsámica es este arte del disparate que apuesta por el sinsentido como fuente de disfrute y como actitud ante la vida.