Una vez realizado el análisis conceptual de los 2 elementos que configuran la Burbuja Cultural, podemos definir el concepto como «un espacio efímero donde germinan las ideas y conocimientos de los agentes que desarrollan la creación, es un espacio estanco, un campo de cultivo aislado de la intoxicación del contexto, pero efímero, su apertura es sutil y explosiona rápido, antes o después en reacción a unos efectos y circunstancias».
Entendemos pues que la idea o conocimiento (oxigeno del interior de la burbuja) a transmitir se crea en un espacio esterilizado y que tras un periodo de volatilidad en aislamiento, se mezcla con el resto de la atmósfera, contribuyendo a la mejora de sus componentes.
El líquido que recubre la burbuja cumple su función creadora y se disipa tras realizar su labor de protección.
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