En la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz en Colombia, celebrada entre el 6 y el 11 de abril de 2015 en Bogotá, hice 3 intervenciones, en 3 espacios diferentes: Teatro, Cineteca e Instituto Nocturno. Una de ellas fue ‘La transformación política y cultural de cualquiera’.
En mi blog La revolución será una fiesta o no será compartí una de esas 3 intervenciones, la del Teatro. Aunque en realidad es un conglomerado de las 3.
En este artículo podrás encontrar algunos párrafos destacados de mi intervención en la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz en Colombia: ‘La transformación política y cultural de cualquiera’.
‘La transformación política y cultural de cualquiera’
«Muchas gracias a la ciudad de Bogotá por permitirme participar en esta Cumbre. Esta intervención está basada en mi realidad más próxima, ni siquiera la española, más bien la madrileña y de algunas preguntas universales de imposible respuesta para mí.
¿Cuál es el papel social del arte y la cultura en la actualidad?
Para mi existen más dudas que nunca sobre una acertada respuesta y surgen más interrogantes. La cultura, ¿es exclusivamente representativa?, ¿es dinámica?, ¿activa?, ¿qué papel juega en la actualidad en la interpretación y reflexión de lo que acontece?, ¿qué es cultura?, ¿a quién podemos considerar artista en la actualidad?
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Estamos en guerra permanente; los que quieren tener más y los que intentan sobrevivir. Una guerra con armas desiguales, donde todos estamos armados. Los gobiernos con armas que reprimen, matan y saquean el planeta. La población con ideas, creando imaginarios compartidos. Una guerra disímil que viene de lejos, que posiblemente comenzó antes del 68 cuando los estudiantes franceses y los trabajadores checos sobrepasaron a las organizaciones políticas y sindicales tradicionales, con intervenciones culturales en la mayoría de las ocasiones poco reconocidas. Debajo del asfalto, está la playa.
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Desobedecer al poder como obligación democrática
En Madrid, en España, el ejemplo más visible ha sido el 15M. No fue el primero, ni el único. Después de una manifestación, sin sindicatos, ni partidos, el 15 de mayo de 2011 en Madrid, se produce una autoconvocatoria ciudadana para acampar en la Puerta del Sol, centro geográfico del país, exigiendo más democracia.
Cita política y cultural con mucho de personal: no nos gusta lo que hay. No queremos ser pasivos, queremos cambiarlo pero no podemos hacerlo solos. Hartos de políticos corruptos: “no nos representan”. De banqueros estafadores: “no somos mercancía”. Exigiendo la supremacía de la política y que la economía no prevalezca en las intervenciones políticas.
Muchos antecedentes mostraron el camino: la historia del movimiento obrero, huelgas generales, movimientos medioambientales, feministas, okupas, derecho a la vivienda, al trabajo, la educación, la sanidad universal, igualdad de derechos de los migrantes, de la diversidad sexual…
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¿Cómo se convoca y cómo se comunica?
- De forma presencial (Ciudad/Sol): Acudiendo a la plaza, participando en las asambleas, descentralizando el movimiento por los barrios de la ciudad, participando en los grupos y comisiones de trabajo: Legal Sol (abogados 24 horas), comunicación, difusión, limpieza, alimentación, actividades (biblioteca, pancartas), enfermería…
- Online en La Red: Twitter, Facebook, streaming, blogs y páginas personales.
¿Cómo es la plaza?
Multigeneracional, multigénero, sin siglas, sin banderas de partidos o de sindicatos. Incluyente, respetuosa, sin bebidas alcohólicas, buscando el consenso, excluyendo cualquier tipo de violencia, admitiendo donaciones pero no dinero.
Fomentando inteligencias colectivas: Todos hacemos, todos construimos. Apostando colectivamente para transformar la sociedad. Estamos porque queremos estar, nadie nos obligada. Construyendo espacios para los que no los tienen, rompiendo el aislamiento que supone la competencia. Solidario: “si nos tocan a una, nos tocan a todas”. Sin cinismos, con el apoyo de la ciudadanía, más del 70% de la población apoyaba el movimiento, promoviendo la difusión en otras ciudades, provincias, países y colaborando con experiencias similares desarrolladas en cualquier lugar del mundo.
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¿Qué supuso el 15M?
Ensayar en las calles lo que se hacía en las redes, democratizarlas para crear interferencias y estados de opinión aprovechando los adelantos técnicos. Contagio viral de las emociones, negación de la competencia entre iguales.
¿Qué ocurrió tras el 15M?
Descentralización en barrios y pueblos. En los barrios de Madrid hay más de 100 asambleas populares. Mareas ciudadanas para defender servicios públicos de calidad. Han surgido colectivos sectoriales de todo tipo, nuevos medios de comunicación, nuevos partidos políticos y candidaturas ciudadanas.
¿Qué significa el 15M?
Apoyar la construcción de un nuevo paradigma, femenino y estético donde lo importante es compartir y no competir diferenciado totalmente del modelo de capitalismo individual, competitivo y masculino.
El renacer de la utopía en lo común. Un proceso cultural donde todos somos creadores y actores, no solo consumidores. No basta con disfrutar de la cultura, hay que hacerla.
Dignificar la vida y las personas ante mercancías y economía. Intervenciones pacíficas en todas las acciones, apoyando y apostando por los procesos de paz. No hay que hablar de paz, hay que construirla, pero no se puede hacer sin justicia.
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Han pasado 4 años y han cambiado muchas cosas: La sociedad española está más politizada que nunca. El gobierno está utilizando todas las herramientas del estado para mantener los privilegios de unos pocos, con leyes como la mordaza, la ley de propiedad intelectual, las leyes de “seguridad ciudadana”.
Se ha perdido el miedo y eso produce mucho miedo al Estado. Hemos aprendido que la democracia cultural y la democracia política son aspiraciones irrenunciables. La utopía sigue siendo posible. La movilización ha sido emocional, ahora el reto es articular todas esas emociones en herramientas comunes de transformación, en intervenciones políticas y en eso la cultura tiene papel cardinal y eso será la mejor manera de contribuir a la paz en todos los lugares.
En eso andamos.
Gracias.»