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Algunos creyentes no solamente... | Diego de Argumosa

Algunos creyentes no solamente… | Diego de Argumosa

El médico cirujano Diego Manuel de Argumosa y Obregón realizó el primer ensayo clínico de la anestesia en España, en 1847

«Algunos creyentes no solamente me cerraron las puertas de sus casas, sino también las del cielo».

Diego de Argumosa

[Villapresente (Provincia de Cantabria, España), 7 de julio de 1792 – Torrelavega (Provincia de Santander, Castilla la Vieja, España) 23 de abril de 1865]

Médico cirujano, catedrático de Universidad y vicealcalde de Madrid

Algunos creyentes no solamente… | Diego de Argumosa

El médico cirujano Diego Manuel de Argumosa y Obregón se caracterizó por ser un gran innovador en el campo de la ciencia médica. Y destacó por impulsar y realizar el primer ensayo clínico de la anestesia en España, el 13 de enero de 1847, a un paciente para drenaje de un absceso parotídeo.

Fue hijo de un médico en ejercicio en Suances (Cantabria) a quien sus ideas liberales llevaron al exilio en Londres. Con estudios de Latín y Filosofía y los iniciales de Medicina, Diego de Argumosa participa en la Guerra de la Independencia como voluntario, cumpliendo cometido sanitario.

En 1814 inicia estudios de Medicina en la Universidad de Alcalá y ese mismo año se incorpora al Colegio de Cirugía de San Carlos de Madrid. En 1817, es colegial interno, bachiller de Cirugía en 1819 y obtiene en 1820 los grados de licenciado y doctor en Cirugía con la tesis ‘De prognosis in febribus acuti’.

Es nombrado catedrático supernumerario del Colegio de Cirugía de Burgos, en 1821. Al mismo tiempo amplía su formación académica en la Escuela de Medicina Práctica de Madrid, donde se gradúa como médico en 1822. Y en 1823 se instala como profesional en la Villa y Corte.

En 1829, obtiene el puesto de profesor universitario de Disección Anatómica. Así accede a la cátedra de Afectos Externos y Operaciones, cargo docente que obtuvo venciendo contrarios favoritismos con el «auxilio espiritual de santa Rita, abogada de los liberales», según escribió de forma irónica en una carta.

Asimismo, ejerce de titular de la cátedra de Clínica Quirúrgica en 1845, con categoría de ascenso (1848), puesto académico que ocupa hasta su jubilación voluntaria en 1854.

Diego de Argumosa: médico y político

Diego de Argumosa también destacó en su faceta política. Liberal radical como su padre, ingresó en el Partido Progresista. Y con él llegó a ser segundo alcalde de la ciudad de Madrid y diputado por la provincia de Madrid durante los años 1836 y 1837.

Asimismo, se le nombra médico de cámara de la reina Isabel II. Aunque, por voluntad propia, nunca llegó a ejercer este cargo.

Además participó en distintas actividades profesionales, destacando su actuación en la epidemia de cólera de 1834, dolencia que le afectó. Por su prestigio académico es designado miembro de una Comisión a la que se encomendó redactar reformas en los reglamentos del ‘arte de curar’.

El episodio con mayor resonancia pública en su actividad como cirujano lo motivó la orden judicial de 11 de noviembre de 1835. En ella se trataba de dictaminar, junto al médico Mateo Seoane, la naturaleza de las lesiones ulcerosas que presentaba la monja sor Patrocinio. Conocida como ‘la monja de las llagas’, se le atribuía cierta participación política en el entorno cortesano, pues era consejera de Isabel II.

Argumosa y Seoane declararon curable y curaron lo que se atribuía a intervención divina. Y por conseguirlo, lo relata el propio Argumosa, «algunos creyentes no solamente me cerraron las puertas de sus casas, sino también las del cielo». Una frase que da título a la efemérides de hoy, 7 de julio, en Pongamos que Hablo de Madrid | La Revista de Madrid.

Reconocimientos

Su labor académica y su pericia clínica como cirujano se le reconocieron con diversas distinciones. Así, entre otras, ingresa en la Real Academia de Medicina de Madrid en 1831; en la Real Academia de Ciencias Naturales, en 1834 , y en la Real Academia de Medicina de Sevilla, en 1841. Y también se le otorgó la Gran Cruz de Carlos III en 1852.

Asimismo, se le distingue como ‘El restaurador de la Cirugía Española’, ya que dio el impulso necesario para alcanzar un extraordinario prestigio equiparable al de otros países.

En su honor, el Ayuntamiento de Madrid le dedicó una calle en el barrio de Lavapiés, en el último cuarto del siglo XIX.  Sin embargo, no quedó del todo expedita hasta la segunda déca­da del siglo XX, cuando se derribaron las últimas casas que taponaban su salida a la plaza de Lavapiés.

La calle de Argumosa es en la actualidad una de las más icónicas del barrio madrileño. Y también se la conoce como ‘el bulevar de Lavapiés’ y ‘la playa de Lavapiés’.

 

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