«Al fascismo no se le discute, se le destruye».
Buenaventura Durruti
[León (España), 14 de julio de 1896 – Madrid (España), 20 de noviembre de 1936]
Obrero metalúrgico, militante anarquista y sindicalista de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT)
Al fascismo no se le discute | Buenaventura Durruti
José Buenaventura Durruti Domínguez fue y es una de las figuras más relevantes del anarquismo español y de la organización sindical CNT. Entre los militantes anarquistas españoles más conocidos, su persona es objeto de los más encendidos elogios y acerbas críticas. Hombre de acción y de gran popularidad cuya figura ha pervivido en la memoria social, Pío Baroja le describió como atrevido y valiente.
Además, se le atribuyen algunas de las frases más representativas de la Revolución española de 1936 como «Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones». Y también lo que hoy, en el día de su 128 aniversario, publicamos en Pongamos que Hablo de Madrid | La Revista de Madrid: «Al fascismo no se le discute, se le destruye».
Se pueden distinguir hasta 3 etapas en la trayectoria vital de Buenaventura Durruti. A saber:
- la del rebelde, que comprende desde su adolescencia hasta la proclamación de la Segunda República el 14 abril de 1931;
- la del militante, que llega hasta la respuesta revolucionaria al golpe de Estado el 19 de julio de 1936, y
- la del revolucionario, que termina de forma abrupta con su muerte el 20 de noviembre de 1936.
La muerte y la tumba de Durruti: 2 incógnitas sin resolver
En la habitación número 15 del hotel Ritz de Madrid convertido en hospital murió Durruti a las 4 de la madrugada del día 20 de noviembre de 1936. Y todavía hoy no está establecido con claridad ni cómo se produjo el disparo que lo mató ni el lugar donde tuvo lugar. Ya que cada uno de los testigos presenciales dio versiones contradictorias o interesadas.
El resultado es que se siguen atribuyendo a su muerte las más diversas causas. Hay quien dice que fue un fatal accidente, otros que una bala perdida, algunos que un atentado de los comunistas.
Su entierro en Barcelona, el día 23, fue multitudinario, con la asistencia de más de medio millón de personas. Nada pudo ordenarse y se convirtió en expresión del dolor popular y de su espontaneidad. Durante horas la muchedumbre impidió que el féretro llegase a la tumba y se decidió aplazar la inhumación hasta la mañana siguiente.
Aunque si su muerte es objeto de controversia también lo es si en realidad sus restos se encuentran en la fosa en donde se supone. Ya que fue enterrado en un nicho de forma provisional hasta que fuera preparado el mausoleo en el que iba a reposar junto a Francisco Ascaso, su amigo y compañero en la FAI (Federación Anarquista Ibérica), y Francisco Ferrer Guardia, fundador de la Escuela Moderna. Un panteón que se inauguró un año más tarde.
Sin embargo, tras la victoria de los sublevados, fue derribado el triángulo que presidía los 3 sepulcros y en los años 60 se supo que los de Ascaso y Durruti estaban vacíos.