2 nuevas esculturas de Rodin en el Museo Thyssen-Bornemisza

La baronesa Francesca Thyssen-Bornemisza ha concedido al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza el préstamo a largo plazo de 2 esculturas de Rodin de su colección particular. Son las siguientes:

1. ‘La muerte de Alcestes’ (h.1889) y
2. ‘Una joven confiando su secreto a Isis’ (1906)

Y ambas pueden verse ya en la sala Rodin, en la 1ª planta del museo madrileño. Además se suman a los otros 4 mármoles del autor francés que forman parte de la Colección Carmen Thyssen, expuestas en la planta baja.

Estas 6 esculturas de Rodin fueron encargadas al propio artista por August Thyssen, abuelo del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza. Y se convirtieron en el punto de partida del coleccionismo artístico de la familia.

Poco después de adquirir el ‘Schloss Landsberg’ en 1903, el empresario alemán August Thyssen decidió encargar al escultor Auguste Rodin un conjunto de 7 esculturas. Con la intención de instalarlas en en el denominado ‘jardín de invierno’ de ese castillo. De este modo, a partir de entonces, se estableció una estrecha relación epistolar entre ambos.

Asimismo, la instalación en la sala Rodin del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza recrea de alguna manera esa ubicación original para la que fueron realizadas las esculturas.

Salvo una de ellas, que acabó en manos de otra rama de la familia, este conjunto de esculturas de Rodin lo heredaron de forma sucesiva el hijo de August Thysssen, Heinrich, y su nieto Hans Heinrich. Y ellos son los verdaderos creadores de la colección que hoy conocemos y que en su mayor parte alberga el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid.

2 nuevas esculturas de Rodin en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

El escultor francés Auguste Rodin alcanzó un importante prestigio internacional a raíz de la gran retrospectiva dedicada a su obra en un pabellón de la Exposición Universal de París de 1900.

Su atención al cuerpo humano o su forma de trabajar a través del modelado, para después ser tallado en mármol por otros, ilustran su apego a la tradición escultórica. Pero, simultáneamente, el abandono del vocabulario tradicional de símbolos alegóricos, el contenido muchas veces erótico o el modo de penetrar bajo las apariencias externas, llevaron a su escultura mucho más allá de su tiempo. Y algunas de sus obras estuvieron rodeadas de polémica.

‘Una joven confiando su secreto a Isis’

La escultura ‘Una joven confiando su secreto a Isis’ formó parte del primer encargo de August Thyssen al escultor francés. Y fue uno de los primeros mármoles en llegar al castillo en 1906. El poeta Rainer Maria Rilke, durante varios años secretario del artista, fue quien tituló la obra “Jeune fille confiant son secret à Isis ou à la nature”.

Además, al relacionarla con el mito de Isis, el poeta checo encontró un sentido poético influido por el simbolismo finisecular. Ya que esta diosa de origen egipcio era por aquel entonces un símbolo de la tierra nutricia, Y la escena evoca la intimidad de una madre, interpretada como la naturaleza, con su hija.

‘La muerte de Alcestes’

Por su parte, ‘La muerte de Alcestes’ llegó a Alemania en 1911. Es una obra que pasó por varias fases y supuso una prolongada experimentación para Rodin. El mármol final lo realizó François Pompon en 1898.

La escultura está inspirada en la ópera del compositor alemán Christoph Williblad Gluck. Y muestra a la moribunda princesa Alcestes en el regazo de su amado esposo, el rey Admeto, al que ha salvado de la muerte inminente. Pues ha aceptado ocupar su lugar. Mercurio espera junto a ellos para llevarse su alma al inframundo.

Al respecto, Auguste Rodín escribió Rodin: «Quería poner un poco de la melodía de Gluck; no sé si lo he conseguido».

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