Hasta el 1 de noviembre, en ‘Los sincromistas’, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid presenta una pequeña muestra sobre el primer movimiento abstracto estadounidense: el sincromismo, que significa ‘con color’.
Creado en París por los estadounidenses Morgan Russell y Stanton Macdonald-Wright, es uno de los ‘ismos’ de la modernidad menos conocidos en Europa. Así, en pleno auge del futurismo, el cubismo y el simultaneísmo, ambos artistas se dedicaron a indagar en el uso del color para evocar la forma y el espacio. Y de esta forma lo convirtieron en un elemento expresivo y formal independiente.
La exposición ‘Los sincromistas’ incluye 8 obras procedentes de la Vilcek Foundation de Nueva York. Son estudios sobre papel, óleos sobre lienzo y carteles pintados a mano con los que descubrir la gestación y evolución de este experimento artístico. La actividad más relevante del sincronismo va de 1912 a 1916, un periodo en el que se multiplicaron las búsquedas de la sinestesia en la pintura.
Además, incluye una selección de 9 cuadros de la colección permanente del museo madrileño. Y de artistas como Sonia Delaunay, Theo van Doesburg, Frantisek Kupka y Patrick Henry Bruce. Así se completa una visión del panorama europeo donde surge este movimiento.
Los sincromistas en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Russell y Macdonald-Wright se conocieron en París en 1911 y en sus primeras investigaciones artísticas tomaron como punto de partida el color fauvista y la estructura cubista. A las teorías del color de Michel-Eugène Chevreul y Hermann von Helmholtz pronto sumaron los complejos planteamientos de Percyval Tudor-Hart, que proponía una escala de progresión geométrica que modificaba la luminosidad y creaba correspondencias con tonos musicales. Así idearon un sistema simplificado que les permitía crear escalas y armonías de color, como si fueran acordes musicales. Y que iban del amarillo al violeta, de la luz a la sombra.
En 1913 expusieron juntos por primera vez en 2 ciudades europeas. En Múnich, del 1 al 30 de junio, y en París, del 27 de octubre al 8 de noviembre. Además, en los catálogos de ambas exposiciones explicaban que no querían crear escuela, Ya que querían evitar que les pusieran etiquetas equivocadas, como la de cubistas, orfistas o futuristas.
Y en estos manifiestos los artistas se planteaban como objetivo profundizar en las relaciones entre el color, la forma y el espacio, su ritmo orgánico, densidad, transparencia y luminosidad. Así como trasmitir con sus obras una sensación musical.
Los carteles promocionales de las exposiciones, pintados por ellos mismos combinaban tipografía impresa con dibujos y gouaches. Y desaparecieron muy rápido de los muros y los quioscos en los que se colgaron. Ya que los transeúntes se los llevaban de recuerdo. Sólo se conservan 3 y 2 de ellos, de la colección de la Vilcek Foundation, se incluyen en esta muestra.
Más tarde, en marzo de 1914 expusieron en Nueva York. Y en 1916, junto a otros artistas, lo hicieron en la Exposición Foro de Pintores Americanos Modernos. Ambos retornaron a la pintura figurativa en la década de 1920, volviendo la vista atrás a sus investigaciones en contadas ocasiones.
Ficha de la exposición ‘Los sincromistas’
Título: ‘Los sincromistas’.
Organizador: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Sede: Madrid.
Fechas: del 27 de junio al 1 de noviembre de 2022.
Comisaria: Emily Schuchardt Navratil, conservadora de la Vilcek Foundation.
Comisaria técnica: Clara Marcellán, conservadora de pintura moderna del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Número de obras: 8 de la colección de la Vilcek Foundation y 9 de la colección Thyssen-Bornemisza.
Publicaciones: ‘Por favor, no digas sincronismo…’, de Clara Marcellán, en el número 11 de Ventanas, publicación en línea del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza sobre la investigación en torno a las obras de las colecciones.
