Entre cabestros y palmeros | Miguel Hernanz | Madrización | Cacerolada en el paseo de la Habana | Mayo 2020 | Madrid

Entre cabestros y palmeros: un artículo para dialogar

Entre cabestros y palmeros | Miguel Hernanz | Madrización | Visitantes con mascarilla en el Museo del Prado | Junio 2020 | Madrid

El texto de ‘Entre cabestros y palmeros’ corresponde a los primeros paseos tras el confinamiento de la pandemia del COVID.

Y contiene reflexiones y pensamientos de criterio crítico y propio.

Además, sería muy interesante que tú, querido lector, te animarás a dejar un comentario sobre cómo ves estas situaciones en la actualidad.

De este modo podría comenzar un interesante diálogo sobre el tema ‘Entre cabestros y palmeros’.

Entre cabestros y palmeros: un artículo para dialogar

Si Miguel de Unamuno levantase la cabeza, encontraría una España muy similar a la que dejó. Así que, en estos días de polarización ideológica enfrentada y dualidad moral, cada una arropada por su simbología, me hago muchas preguntas.

O estás de un lado o del otro… No entiendo muy bien esa necesidad de pertenencia al grupo y de búsqueda férrea del enemigo. Sobre todo en estos momentos en los que todo lo social produce náuseas.

Como muchos sabéis, compagino mi trabajo docente con la creación artística y literaria. Lo primero me da de comer  o me daba. Porque no estoy muy de acuerdo con las políticas que se están imponiendo en lo educativo. Y los que bien me conocen, saben que soy de bajarme de la moto en marcha cuando me entero que la quieren vender.

Además, tengo la profunda sensación, espero que se me pase, de que estamos siendo observadores de una debacle de las instituciones no recaudatorias de este país.

Quiero recordar que la confianza y la calidad de las instituciones es un indicador de desarrollo de las sociedades.

Asimismo, defiendo todo lo público y lo fomento. Pero no olvidemos que uno de los aspectos sociales primordiales para las democracias es el acceso libre a la información. Y presiento que se están tapando muchas cosas, por ejemplo, escusar un error de la administración es mentir. La información es un derecho necesario, casi igual que la sanidad. Ya que somos muchos los que deseamos ser libres y sanos y no solo sanos.

Sanidad Pública

El grito de ‘Sanidad Pública‘ corresponde a una lucha de hace más de 10 años. Y en aquel entonces sí había una guerra orquestada por la derecha regional de la Comunidad de Madrid  para privatizar el sector. Hoy la situación es más una decisión estratégica para destinar recursos recortando otros. El estado está en quiebra técnica y necesita pactar un acuerdo de rescate para presupuestar y destinar nuevos fondos.

Así que ahora sólo podemos decidir que queremos sanidad pública a consta de un sector educativo privatizado. O sanidad pública a costa de una precarización de los espacios públicos y del transporte. ¡No hay muchas más opciones!

Me da un poco de pena que la única izquierda que nos queda en el país esté coordinada por el funcionariado. Son colectivos favorecidos y de ellos depende la calidad de las instituciones públicas, que como sabes es uno de los indicadores de desarrollo.

Por favor, piensa en cómo actualizarse y mejorar las cosas. Ya que lo público por sí solo no ofrece ninguna garantía, debemos exigir:

  • sanidad,
  • información y
  • educación.

Y por supuesto: públicas, universales y de calidad.

2 posiciones enfrentadas: entre cabestros y palmeros

Por otro lado, siento que hay una estrategia orquestada para posicionar al colectivo ciudadano en 2 posiciones enfrentadas. ¿Por qué ese ímpetu en dividir en mitades? Existe un Madrid más allá de los cabestros y los palmeros que yo conozca, y posiblemente haya más opciones. El enfrentamiento en mitades es más una decisión estratégica de la época romana y todos sabemos con qué finalidad: ‘divide et vinces’.

No obstante, por lo que observo, en la ciudad de Madrid las opiniones se han reducido a 2 bloques:

  1. Uno que, bajo la falsa bandera de la libertad, solicita el acceso a la gestión y a seguir manteniendo sus chanchullos y tejemanejes.
  2. Y, por otra parte, aquel que defiende el estado del bienestar para ellos y los suyos. Aspecto muy loable si no les produjera una ceguera moral sobre su contexto cercano.

Ambos colectivos me parecen peligrosos, ya que son un nido de radicalismo unos por exceso y otros por defecto. Los fascismos en Europa han pasado a la historia por la figura de sus líderes. Sin embargo, no hay que olvidar que fueron aupados por una masa de población que no se planteaba ideologías o pensamientos distintos a los del régimen oficial.

Además. la tecnologización y la brecha digital no son indicadores del nuevo analfabetismo. El analfabetismo contemporáneo se mide por los individuos que asumen como suyo el pensamiento dominante. Y la autorreflexión y el análisis del pensamiento son las mejores medicinas para combatirlo.

Crispación en las redes sociales

Entre cabestros y palmeros | Miguel Hernanz | Madrización | Personas guardando su turno para visitar el Palacio Real, abierto tras la cuarentena | Junio 2020 | Madrid

Por otra parte, considero que la crispación moralista dedicada a arremeter en redes sociales por el hecho de poseer la razón moral no ayuda en nada. ¿Por qué lo hacen?

Entretenimiento, disfrute, recordarse a ellos mismos el grupo que pertenecen.  Me recuerdan a niños pinchando con una púa a un perro rabioso atado… Y los perros a veces se desatan.

Por ejemplo. el otro día se me partió el corazón al ver a un par de ancianitos que, a día de hoy, siguen aplaudiendo con puntualidad suiza a las 8 de la tarde. Y nadie los ve ya.

Es cierto que nuestros mayores han sido abandonados a su suerte y que muchos han fallecido sin atenciones, que quizá las políticas y los protocolos han fallado. Pero te recuerdo que, a día de hoy, nuestros mayores siguen encerrados y nadie habla de ello. ¡Me da vergüenza!

Al igual que me da vergüenza ir a una terraza y ver al camarero con mascarilla y a la prole consumir sin protección. El trabajador debe llevar mascarilla, el cliente no, porque consume. Entiendo que es complicado beber con una mascarilla puesta, pero la imagen me resulta clasista.

Asimismo, las colas en los accesos a los comercios me transporta a otras épocas… ¡Me niego a pagar por mi tiempo!

El tiempo no se puede comprar, pero muchos pagan por el suyo.

Miguel Hernanz. Madrización. Madrid, 20 de junio de 2020




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