Según comentan Daniel Sánchez García y Gonzalo Yáñez, en 2015, el Ayuntamiento cortará gran parte de la circulación automovilística en el centro de Madrid, instaurando una nueva Área de Prioridad Residencial (APR). Las razones alegadas por el consisterio madrileño son la reducción de la contaminación y la mejora de la calidad de vida de los residentes.
Ahora, las cuestiones que plantea la ciudadanía son qué medidas pondrá en marcha el Ayuntamiento de Madrid para mitigar los efectos negativos que pueda causar el APR y cuáles implementará para promover una movilidad alternativa que compense las limitaciones establecidas.
Por supuesto, existen serias dudas sobre cómo se mejorará el servicio del transporte público porque en los últimos años se han eliminado muchas líneas de autobús al mismo tiempo que se incrementaba el precio de los billetes y de los abonos. Para contrarrestar los efectos del APR debería darse precisamente todo lo contrario: aumentar la frecuencia del transporte y reducir los precios, aunque para mejorar la calidad del aire haría falta promover, asimismo, el uso del coche eléctrico y de la bicicleta, que plantean asimismo problemáticas diferentes.
Algunas de las consecuencias que la implementación de nuevas zonas APR pueden generar para los diferentes sectores de la vida madrileña son las siguientes:
- Para el pequeño comercio, porque los horarios de carga y descarga no favorecerán por igual a todos los comerciantes de las zonas en las que entrará en vigor.
- Para los aparcamientos públicos, porque en los de las zonas APR ya existentes (Letras y Lavapiés) se ha reducido notablemente la clientela por temor a recibir la multa de 90 euros por no haber sido registrado convenientemente. En este caso debería haber una mejoría en el registro de estacionamiento y en la comunicación entre aparcamiento público y administración municipal.
- Para los emprendedores autónomos que necesitan visitar clientes o que hacen reparto por estás APR sería necesario habilitarles con un permiso especial para realizar sus tareas sin mayor impedimento que el caótico tráfico de Madrid.
- Para las personas de la tercera edad y dependientes, que necesitan a sus familiares para moverse -en la mayoría de los casos no residentes en la misma zona y, por tanto, sin permiso para transitar por ella-, sería necesario disponer de autobuses con accesos especiales para estas personas y/o permitir a los familiares acceder a las Áreas de Prioridad Residencial con permisos especiales otorgados sin mayor problema.
En realidad, la ampliación de las Áreas de Prioridad Residencial en el centro de Madrid, planteada como una iniciativa necesaria para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos madrileños, no parece una mala iniciativa, pero para llevarla a cabo con éxito se requiere un conjunto de medidas bien diseñadas y correctamente implementadas que reduzcan sus inconvenientes.