Gardel y yo fuimos los que impusimos el tango | Rosita Quiroga

Gardel y yo fuimos los que impusimos el tango | Rosita Quiroga

«Gardel y yo fuimos los que impusimos el tango en la sociedad porteña».

Rosita Quiroga

(Buenos Aires, Argentina, 16 de enero de 1896 – Ibidem, 16 de octubre de 1984)

Primera cantante del tango arrabalero

Gardel y yo fuimos los que impusimos el tango | Rosita Quiroga

Rosa Rodríguez Quiroga, más conocida por su nombre artístico de Rosita Quiroga, fue ‘la Piaf del arrabal porteno’, según el periodista Jorge Göttling.

Nacida en el barrio de La Boca, era hija de Manuel Rodríguez, obrero asturiano de altos hornos emigrado a Argentina con su mujer y sus 6 hijos. Aunque al quedar viudo se volvió a casar con María Quiroga, también viuda y con una hija. Así Rosita Quiroga tenía 6 hermanos de padre y una hermana de madre.

A los 7 años empezó a cantar y aprendió guitarra con el maestro Juan de Dios Filiberto, vecino y amigo de la familia. Y con 20 años, cantó con su guitarrista acompañando a Mariano Villar Sáenz Peña en un disco personal que este le dedicó a su prometida. Y que fue grabado en RCA Víctor. Así, ella aprovechó esta oportunidad para conseguir una audición en la discográfica.

De modo que, en 1923, grabó su primer tema: ‘Siempre Criolla’. Aunque no gusto mucho a los directivos de la RCA Víctor. Y, en una segunda prueba grabó ‘Nunca es tarde’, un tango compuesto para ella por el Negro Celedonio Flores. Y ahí la pegó. Entonces comenzaron a decir que tenía un estilo propio. Además, por algún tiempo, formó dúo con Rosita del Carril.

En 1924, grabó ‘La tipa’, un tango que la llevo al éxito y a la popularidad. Así se transformó en la estrella de RCA Víctor, Y llegó a ser la cantora de tangos con mayor cantidad de grabaciones, después de Libertad Lamarque.

Asimismo, en 1926 se convirtió en la primera artista argentina en realizar una grabación eléctrica con el tema: ‘La musa mistonga’.

No obstante, en 1931, a los 30 años y en pleno éxito, decidió retirarse de la vida artística. Y a partir de entonces solo realizó algunas apariciones especiales, como en el programa de Bergara Leumann. Aunque viajó a Japón en 1938 y se convirtió en la primera cantante de tango que actuó allí. Volvería en 1970 para asistir a la inauguración de una peña con su nombre.

Volvió a grabar en 1952, con un disco de 4 cuatro temas. En 1976, participó en la única película de cine que rodó ‘El canto cuenta su historia’. Y, 32 días antes de morir en 1984, a petición de su amigo, poeta y médico personal Luis Alposta, grabó ‘Campaneando mi pasado’, con letra del propio poeta y música de ella misma.




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