Monasterios de Loeches: patrimonio desconocido de la Alcarria madrileña | Vista de Loeches

Monasterios de Loeches: patrimonio desconocido de la Alcarria madrileña

Convento de San Ignacio Mártir y de la Madre de Dios de carmelitas descalzas | Convento Chico de Loeches

Formando parte del territorio de la Alcarria madrileña se encuentra el municipio de Loeches. Y los elementos arquitectónicos más relevantes en la actualidad son los llamados Monasterios de Loeches. El Convento Chico y el Convento Grande, como son conocidos en esta localidad madrileña.

En muchas ocasiones he visitado esta zona de la región conocida como Alcarria madrileña. Un territorio campestre en las cercanías de la ciudad de Madrid y en este caso concreto, con un fuerte vínculo urbanita anterior a la capital del estado. Al pertenecer a un territorio con bastante más historia
social urbana como la que tiene Alcalá de Henares, la ‘Complutum’ romana..

Además, Loeches es una villa con una gran trayectoria cultural de ahora y desde hace muchos años. De hecho hasta el siglo XX conservó una serie de construcciones vinculadas al agua medicinal, de las que aún se conservan espacios y cultural popular.

Monasterios de Loeches: patrimonio desconocido de la Alcarria madrileña

A continuación encontrarás una breve historia de los 2 monasterios de Loeches. Un patrimonio madrileño desconocido a pesar de encontrarse a menos de 25 kilómetros de la capital, en la comarca conocida como Alcarria madrileña.

Convento Chico de Loeches

Monasterios de Loeches: patrimonio desconocido de la Alcarria madrileña | Claustro central del Convento Grande de Loeches

De los 2 monasterios de Loeches, el primitivo es el Convento de San Ignacio Mártir y de la Madre de Dios, el Convento Chico, está vinculado a las monjas carmelitas descalzas. Y hoy sigue en activo desde su fundación en el siglo XVI.

Los terrenos en los que se asienta fueron liberalizados de las manos del rey Carlos I de Austria para sufragar las deudas de los miles de frentes abiertos que se libraban en aquella época. Y también comprados para la construcción del monasterio original.

Con el paso de los años el conde-duque de Olivares compró varios terrenos aledaños al Convento Chico. Y quiso llegar a un acuerdo con las religiosas del mismo para poder usarlo en sus asuntos espirituales. Al no conseguirlo, decidió construir un monasterio que le diera, cercano a su palacio colindante.

Convento Grande de Loeches

Luis y Antonia, sobrinos y herederos del conde-duque de Olivares, en retratos que se conservan en el Convento Grande de Loeches

Así en 1640 se inauguró el Monasterio de la Inmaculada Concepción vinculado a  monjas dominicas bajo el mecenazgo del valido de Felipe IV. Y en las instalaciones de este Convento Grande se almacenaron propiedades artísticas del conde-duque. Asimismo, el nuevo monasterio se convirtió en el panteón de descanso de la casa de Olivares.

El valido solo tuvo una hija que falleció sin llegar a la edad adulta. Así, la herencia de Olivares paso a manos de los sobrinos del conde-duque: Antonia y Luis Méndez de Haro y Guzmán. Ellos mantuvieron el patrimonio y lo utilizaron para sus fines existenciales y espirituales. Con el paso de los años un descendiente de estos emparentó con la casa de Alba. Así, a comienzos del siglo XX, los duques de Alba también  instalaron su panteón familiar en una construcción vinculada al monasterio.

A destacar que desde el siglo XVII se conservan en este monasterio obras pictóricas de diversos artistas europeos. Tales como Rubens, Tiziano, Veronés, Bassano, Tintoretto y Miguel Ángel. Incluso el retablo mayor de la iglesia del monasterio estaba coronado por una Inmaculada de Rubens, lo que quizás lo convertía en uno de los espacios religiosos españoles con una mayor colección artística.

Decadencia del Convento Grande de Loeches

Marcos de obras sustraídas en 1808 por las tropas napoleónicas que se conservan en el Convento Grande de Loeches

Todas esas obras estuvieron en el Convento Grande hasta el 12 de septiembre de 1809. Ya que, en esa fecha, el general Horace Sebastiani de la Portai, al mando de las tropas napoleónicas en la Alcarria madrileña, venció la oposición de los ciudadanos de Loeches y se apoderó de los cuadros. Así fueron vendidos después al Gobierno francés y a colecciones privadas de Inglaterra y de Francia.

Más tarde, durante la Guerra Civil Española, un grupo de personas pernoctó en la cripta del monasterio almacenando algunas cajas. Aunque no se sabe que contenían, hay quien atribuye, sin ningún fundamento, a las cajas las obras trasladadas del Museo del Prado a Valencia, por el avance hacia Madrid de las tropas sublevadas. De hecho en esta cripta se conservan aún dibujos que los integrantes de la ignota misión, pintaron en su noche de paso por el monasterio.

A destacar que el convento de las dominicas, el Convento Grande, estuvo en uso por monjas de clausura ce esa orden hasta el año 2012. Ya que debido a la elevada edad de las mismas, el convento se cerró. No obstante, en 2020 la misma congregación lo ha habilitado para espacio de los sin techo de la región. Y ello permite el mantenimiento de este singular espacio y también su rehabilitación.




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