El amor libre | Concha Pérez Collado | Foto: sobrelaanarquiayotrostemasii.wordpress.com

El amor libre | Concha Pérez Collado

El amor libre era una cuestión más teórica que práctica. Debatíamos mucho sobre el tema, pero a la hora de la verdad cada uno estaba con su compañero.

Concha Pérez Collado

(Barcelona, Catalunya, España, 17 de octubre de 1915 – Ibidem, 17 de abril de 2014)

Obrera, sindicalista y miliciana

El amor libre | Concha Pérez Collado

Concha Pérez Collado (‘Conxa’ en catalán) nació en el barrio de Les Corts de Barcelona. Su padre, Juan Pérez Güell, fue un activo militante del movimiento libertario. Y educó a sus 6 hijos en los valores anarquistas.

Así, con tan solo 16 años y trabajando en un taller de artes gráficas, se unió a la causa libertaria. Y empezó a colaborar en el Ateneo Libertario Faro y en el Ateneo Agrupación Humanidad. Además, ese mismo año de 1931, ingresó como delegada en el comité de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el sindicato anarcosindicalista español.  Y en 1932 entró en la Federación Anarquista Ibérica (FAI), una conferencia de grupos anarquistas de España, de Portugal y de exiliados españoles en Francia.

Un año después, durante una protesta frente a una fábrica, es detenida por llevar un arma oculta en el pecho, propiedad de su compañero que la acompañaba. Y cumple los 5 meses de condena en la Cárcel Modelo de Barcelona. Al salir de prisión, trabajó en una carpintería.

En 1936 ingresó en el Comité Revolucionario del barrio de Les Corts donde vivió los primeros coletazos de la guerra. Además formó parte de Los Aguiluchos de Les Corts, un grupo de su barrio barcelonés de 100 milicianos armados. Aunque solo 7 eran mujeres. Y con él participó en el asalto
al cuartel de Pedralbes. Asimismo, Concha Pérez Collado luchó con la Columna Ortiz en Caspe, Azaida, Belchite y Huesca en el Frente de Aragón. Y más tarde formó parte de un grupo de milicianas que combatió en el sector de Tardienta.

En 1937, las milicianas fueron retiradas del frente. Ella volvió a Barcelona y trabajó en una fábrica de municiones y armamento. En mayo de ese año, mientras patrullaba con una ronda de reconocimiento en el entorno de la plaza de Catalunya, fue herida en una emboscada. Y, desde entonces, conservó un fragmento de metralla alojado en su pierna durante años.

A finales de 1938, antes de la caída de Barcelona, se exilió a Francia. Y fue internada en el campo de refugiados de Argelès-sur-Mer, donde colaboró como enfermera voluntaria.

Concha Pérez Collado volvió a Ciudad Condal en 1942. Sin embargo, como tantos republicanos retornados sufrió persecuciones y represalias. No obstante recibió la ayuda de una familia judía para la que trabajaba como empleada doméstica. Más tarde, se reencontró con Maurici Palau, un antiguo compañero del Ateneo Libertario Faro, que había pasado 4 años en prisión. Y comenzaron una relación sentimental que duró 30 años.

Asimismo, instalaron un puesto en el mercado de Sant Antoni, donde vendían bisutería y ropa interior que hacían ellos mismos. Y, además, durante la dictadura franquista, sirvió como lugar de encuentro entre anarquistas.

Tras la muerte del dictador, constituyó el sindicato de Comercio de la CNT. Además, en 1997 formó parte de la asociación ‘Mujeres del 36’ patrocinada por el Ayuntamiento de Barcelona. Y que reunió a algunas mujeres que durante la Guerra Civil tomaron parte en movimientos políticos y sociales de izquierdas.

En 2014, la muerte de Concha Pérez Collado a la edad de 98 años marcó el final de una era. Ya que fue una de las últimas milicianas españolas supervivientes de la Guerra Civil.

La destacada militante y miliciana anarquista Concha Pérez Collado afirmó que ‘el amor libre era una cuestión más teórica que práctica’.




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