Una nueva revolución verde por Carmen Benavides

La historia de la humanidad está salpicada de momentos convulsos que hacen evolucionar nuestra visión del mundo y nuestra relación con este planeta: la revolución industrial, la revolución francesa, la revolución tecnológica…  Y ha llegado el momento de otra revolución, una auténtica revolución verde, una nueva revolución agrícola.

Ya que, llegados a nuestros días todo parece indicar que es momento de que se produzca otro de estos pasos como sociedad. Un paso adelante que nos alinee con la biodiversidad existente y la sostenibilidad de nuestra idiosincrasia.

Así, si la revolución industrial nos llevó del campo a la ciudad, esta nueva revolución verde agro-ecológica debería llevar la ciudad al campo. La mentalidad de que la ciudad es un mero cliente del mundo agrícola rural debe dar paso a la simbiosis entre los 2 mundos. Y provocar una reestructuración urbana para que las ciudad asuma su rol de productor alimentario. Además, este nuevo paradigma convertiría a las urbes, grandes o pequeñas, en mayores pulmones verdes y en oasis de biodiversidad.

Hay que destacar que para materializar esta elevada visión del entorno urbano, ya existen diferentes enfoques de aproximación. Y que, en la actualidad, están dando origen a diversas iniciativas sociales y empresariales.

Una nueva revolución verde

Por un lado, no debemos subestimar las oportunidades que brindan las viviendas de los madrileños para aportar músculo agroecológico a esta nueva revolución verde urbana. Terrazas, áticos y ventanas incluso posibilitan, a día de hoy, la creación de huertos. En caso de no disponer siquiera de estos elementos exteriores, la tecnología nos permite tener cultivos de interior. Y gracias a las técnicas de hidroponía o cultivo sin tierra y a la iluminación solar artificial.

En YouTube y en otras redes sociales se documentan estas y otras técnicas para poder construir tu propio huerto de interior. Sin embargo, existen propuestas comerciales muy interesantes que permiten disfrutar de la experiencia de producir tu propia comida. Por ejemplo, algunos electrodomésticos han conseguido automatizar la siembra y recolección de numerosas hortalizas en un espacio físico tan reducido como el que ocuparía un horno en nuestra cocina.

El siguiente escalón en esta carrera hacia la soberanía alimentaria de nuestras ciudades lo encontramos en las comunidades de vecinos. Ya sean bloques o urbanizaciones, las zonas comunes compartidas de nuestras comunidades se están utilizando, cada vez más, como espacios productores de alimento. Desde maceto-huertos en las azoteas, hasta huertos comunitarios en interbloques y jardines. Así, Madrid y otras urbes están pintando de verde hortelano sus vistas aéreas en esta innovadora revolución verde.

Iniciativas verdes

Un proyecto que analiza esta opción, FertileCity, está experimentando la viabilidad de este tipo de emplazamientos agro-ecológicos. Asimismo, Xavier Gabarrell, investigador del proyecto y director del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), ha concluido que: “la agricultura urbana en las azoteas de los edificios tiene un gran potencial para incrementar la producción actual y el consumo local de alimentos con un impacto ambiental y un coste económico menor que el de productos convencionales importados de otras regiones”.

Asimismo, debemos reseñar cómo las administraciones públicas municipales también se han hecho eco de este movimiento social ecológico. Así, numerosos organismos oficiales se están haciendo partícipes de esta revolución verde y habilitan instalaciones para zonas de cultivo.

Un claro exponente de este giro urbano hacia lo natural, lo encontramos en iniciativas empresariales madrileñas que se dedican a asesorar y a desarrollar huertos sostenibles en residencias de ancianos, colegios y otros edificios públicos.

Por su parte, María Abalo, miembro de La Huertoteca, una pequeña empresa cuyo radio de acción se centra en la Comunidad de Madrid, afirma sobre las ventajas de su labor en entornos geriátricos que “la huertoterapia, o trabajo en huertos urbanos en los centros para personas de la tercera edad o centros de día, es una excelente herramienta de trabajo, que incentiva el ejercicio físico y mental, proporcionando un inmenso beneficio para nuestros mayores”.

El huerto en una empresa más grande de España

Tampoco podemos pasar por alto la implicación, cada vez mayor, del tejido industrial y empresarial de la capital madrileña. Ya que el terreno disponible en oficinas, fábricas y almacenes está poniéndose al servicio de los propios empleados en forma de huertos urbanos. De esta manera, la plantilla puede disfrutar de nuevos beneficios sociales y actividades que enriquecen su rutina diaria. Y no cabe duda de que este tipo de iniciativas abre una nueva puerta a la relación trabajador- empresa en diferentes facetas. Además de mejorar su imagen como entidad.

Hablamos, por ejemplo, de VASS, una empresa de índole puramente tecnológico, cuya sede central de Alcobendas alberga el huerto ecológico urbano dentro de una empresa más grande de España. En total, son 120 m² de superficie cultivada, divididos en bancales (48 m²) y suelo (72 m²). Y en ellos se prevé una producción de hasta 600 kilógramos de frutas y verduras al año, dadas las grandes dimensiones del huerto.

Madrid a vista de huerto

Por último, no podríamos terminar este breve recorrido por las iniciativas que están creando conciencia social sobre la necesidad de orientar la vida urbana madrileña hacia la naturaleza, sin hablar de la intensa participación de numerosas asociaciones y ONGs a lo largo de las últimas décadas.

Ya desde los primeros años 80, Madrid vivió un despertar agroecológico con su epicentro en Vallecas de la mano de asociaciones vecinales que aprovecharon terrenos abandonados para mejorar sus opciones de sustento.

Aquellos primeros pasos iniciaron la formación de una amplia y robusta red de huertos comunitarios de la Comunidad de Madrid. Y que hoy encuentra su voz en el sitio Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid. Además, en el mismo podemos encontrar numerosas actividades que se realizan para formar y promover la búsqueda de la soberanía alimentaria desde la misma ciudad. Así como multitud de recursos didácticos de uso gratuito.

Es de reseñar que, desde el seno de estas asociaciones vecinales, ya se está ofreciendo la mano con ayuda solidaria para paliar los acuciantes problemas de alimentación que sufren algunos sectores de población golpeados por la actual crisis económica originada por la pandemia del COVID-19.

La revolución verde que viene

Aunque queda mucho por hacer, queda patente que existen grandes oportunidades para afrontar el futuro inmediato de las necesidades alimentarias y medioambientales de las poblaciones urbanas.

Y no es algo para tomar a la ligera. Ya que, de hecho, se estima que en 2050, el 66% de la población mundial vivirá en núcleos urbanos y que la demanda de alimentos aumentará nada menos que un 30%.

Sin ninguna duda, ahora es tiempo de construir estas vías hacia la sostenibilidad agroecológica, implicando a los actuales ámbitos consumidores en una esperanzadora y auténtica revolución verde.

Carmen Benavides Zula

Nacida en Ecuador en 1988, llegó a España a principios de este siglo XXI.

Cursó estudios de Trabajo Social en la Universidad Complutense de Madrid. Y realizó su tesis fin de carrera sobre ‘Mujeres inmigrantes entre la precariedad familiar y la precariedad laboral. Roles de género y división sexual del trabajo’.

Además, durante los últimos 11 años ha estado implicada en iniciativas de ayuda a colectivos inmigrantes. Y en la actualidad está involucrada en proyectos sociales relacionados con el medioambiente.

Con el artículo ‘Una nueva revolución verde’ de Carmen Benavides seguimos con la publicación de la serie de artículos de los alumnos y alumnas del curso ‘Dinamización comunitaria’ impartido por Miguel Hernanz.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.