Espacios vecinales colectivos | Reunión de La Ingobernable | Fuente: Banco de Imágenes

Espacios vecinales colectivos de Madrid por Juan Carlos Rojo

Espacios vecinales colectivos | Vista Espacio Vecinal Arganzuela (EVA) | Fuente: Banco de Imágenes

Con este artículo sobre ‘Espacios vecinales colectivos de Madrid’ de Juan Carlos Rojo Damián, comenzamos la publicación de una serie de artículos de los alumnos y alumnas del curso ‘Dinamización comunitaria’ impartido por Miguel Hernanz.

Espacios vecinales colectivos de Madrid por Juan Carlos Rojo Damián

Una noticia en prensa de elDiario.es del 26/04/2021, informaba de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de poner en marcha el proceso de desalojo del espacio vecinal colectivo ‘Casa del Cura’, en la plaza del Dos de Mayo del barrio de Malasaña. Lo llamativo es como el juez desestima el valor y la función social que realiza este espacio, como razón para frenar dicho desalojo.

Además, choca con la reivindicación y las protestas del colectivo de vecinos del barrio, donde resaltan esta labor social.

Desde luego, es una línea argumental opuesta y que se viene repitiendo en otros casos. Como en el cierre del Espacio Vecinal Arganzuela (EVA) o el más alejado en el tiempo de La Ingobernable en Centro.

Así que surge una contradicción entre los vecinos de los barrios, que usan estos espacios vecinales colectivos, y la ley y las instituciones.

¿Quién decide el uso y el interés vecinal de los espacios vecinales colectivos?

Cuando se hace un seguimiento de las diferentes plataformas vecinales de los barrios de Madrid, se puede comprobar que en la ciudad los espacios vecinales colectivos son un elemento arraigado, un fenómeno asentado.

El Atlas de Iniciativas Vecinales de la plataforma Los Madriles, es un magnífico elemento de mapeo que recoge estos espacios y su actividad. Y no hay distrito madrileño que no cuente al menos con uno de estos espacios. Además, hay otras plataformas y colectivos de barrio que también recogen la existencia de estos espacios. Así como las actividades que realizan, con rigor y transparencia.

Estas, entre otras, abarcan:

  • actividades culturales,
  • servicios educativos,
  • servicios de carácter social y sociocomunitario o
  • apoyo vecinal.

Y este apoyo vecinal ha sido muy evidente en época de pandemia. Ha sido más que una muestra de solidaridad en momentos difíciles. Ya que ha mostrado eficacia y agilidad de actuación, atendiendo las necesidades reales y prioritarias de la población. Asimismo, han generado red de apoyo y ha dado soluciones. Algo que ha contrastado con la lenta actuación institucional.

El ejemplo más claro ha sido Somos Tribu, red vecinal de apoyo mutuo y solidaridad del Puente de Vallecas. Puesto que logró dar cobertura a vecinas y vecinos que tenían dificultad para conseguir alimento diario. Y recibió un reconocimiento a nivel europeo por ello, con el Premio Ciudadano Europeo 2020 del Parlamento Europeo.

Asimismo, este fenómeno se dio en otros muchos distritos madrileños, consecuencia de este movimiento vecinal.

¿Qué son los espacios vecinales colectivos?

Son centros que van más allá de una red asistencial. La esencia de los espacios vecinales colectivos es crear lugares de encuentro, donde la vecindad participe y se organice. Por ello conocen de primera mano cuales son las cuestiones prioritarias en su barrio. Son agentes y actores de la realidad del lugar donde conviven a diario, de forma activa.

En los espacios vecinales colectivos la ciudadanía se organiza y participa. Gestiona, crea, demanda y realiza lo que el propio barrio genera. Es punto de encuentro de asociaciones y colectivos, así como de personas individuales. Es por ello que en estos lugares se plasma la diversidad social que se vive en el lugar.

Queda patente que estamos hablando de una potente herramienta social que favorece la vertebración de los barrios de Madrid. Esta es una realidad que se quiere reivindicar y hacer visible. Es una importante labor social que nace desde abajo.

Además hay una notable circunstancia a tener en cuenta: gran parte de estos espacios se emplazan en sedes físicas que casi siempre son edificios abandonados, desatendidos o infrautilizados. Y que son recuperados por estos espacios vecinales, por las personas que generan vida en el barrio, dando nuevos usos a estos lugares. Y los convierten en espacios vitales para el desarrollo de los barrios.

Instituciones y espacios colectivos

También algunas instituciones se han centrado en este aspecto. En pocas ocasiones para poner en valor esta tarea. La mayoría para señalarlo como foco de conflicto, ya que no se ajustan con la lectura más estricta y restrictiva de la ley.

Esto ha provocado que desde 2019, en la ciudad de Madrid ya se han desalojado 8 centros sociales. La mitad de ellos en lo que llevamos de 2021. Y  sin contar aquellos que tienen todavía procesos de desalojo abiertos y por tanto amenazados de tener igual final.

Se puede pensar que estos espacios vecinales colectivos, que dinamizan la vida social y comunitaria, repercuten de forma positiva en las vidas de la población.

Esta es una conclusión que se puede extraer si analizamos los datos y los contrastamos con la actividad realizada, la vida vecinal y su reflejo en la actividad cultural y social. Sin olvidar el servicio que prestan.

Además, hay otro hueco que llenan: la distancia que suele haber entre la realidad social de los barrios y las prioridades y los intereses de las instituciones. En este caso con el Ayuntamiento de Madrid. También por la velocidad de actuación de las mismas. Algo que se ejemplificó de forma muy evidente durante los primeros meses de la pandemia.

Esta distancia no es nueva. De forma periódica, en Madrid las instituciones han arrastrado hacia las mismas a personas que daban potencia a estos espacios y asociaciones. Y restando así vitalidad a los mismos. Un claro ejemplo fue el auge del movimiento municipalista, de fuerte base en espacios vecinales colectivos, y como perdió parte de su fuerza al entrar en contacto con lo institucional.

Aun así, estos espacios existen y se mantienen por la participación y la implicación vecinal en los mismos.

¿Solo centro de noticias de prensa por su desalojo?

Llegados a este punto es cuando sorprende que una herramienta de alto interés social aparezca como centro de noticias de prensa solo relacionada en su mayoría con resoluciones judiciales de desalojo y con la aplicación efectiva de estas sentencias.

Se puede observar que es un movimiento cíclico. Aunque no por su frecuencia es menos llamativo. Los más recientes han sido los de Tetuán (Taller de Perucha), Arganzuela (EVA) o Centro (parque de Conde Duque). A los que hay que añadir los procesos abiertos para futuros desalojos.

Asimismo, llama mucho la atención como en la mayoría de las ocasiones el uso futuro de estos espacios viene predeterminado por lo que desde la institución consideran que es lo mejor para la ciudadanía. Con escasa o nula participación de la misma. Esto suelo chocar de forma abierta y frontal con las necesidades y usos que han desarrollado desde lo vecinal.

Por ello son numerosas las noticias en prensa que recogen esta fase de conflicto, con las protestas y reivindicaciones ciudadanas que conllevan. No obstante, estas noticias suelen crear un clima de criminalización de estos centros autogestionados. Y lo más negativo es que la importante labor social que se realiza en los espacios vecinales colectivos queda oculta para gran parte de la ciudadanía.

Esta es una de las reclamaciones presentes en el colectivo Somos Barrio, plataforma ciudadana de los barrios Casa de Campo, Argüelles y Ciudad Universitaria, ante el proceso de desalojo abierto por los tribunales. El juez ha desestimado la labor social presentada por los vecinos como argumento para frenar el proceso de desalojo. Aunque está pendiente de recurso.

Espacios vecinales colectivos: agentes de dinamización vecinal

Así que es aquí donde se pone el acento: centrar el foco en los espacios vecinales colectivos como poderosos agentes de dinamización vecinal comunitaria. Ya que debemos tener en cuenta que:

  • El ambiente político y económico sigue pesando en la toma de decisiones sobre el desalojo de los espacios vecinales colectivos.
  • Prensa y medios centran su atención en estos espacios solo cuando surge el conflicto.
  • Los espacios vecinales necesitan ganar potencia en la red de difusión y concienciación de su labor. Transcender del barrio, del entorno más cercano.
  • Favorecer un seguimiento continuo de su actividad. Se defiende lo que se conoce.
  • Las instituciones deben potenciar estos espacios. Favoreciendo su autonomía y su independencia. Aportando el apoyo de los servicios públicos, siempre bajo el principio de no injerencia. No buscar competencia, sino puntos de colaboración.
  • Si se persiste en trasladar el conflicto, estos espacios seguirán teniendo imagen de foco de problemas.
  • El centro de la noticia debe estar en lo que son, en lo que aportan: soluciones a las necesidades de los barrios y la activación de la vida social.

Juan Carlos Rojo Damián

Juan Carlos Rojo Damián

Nacido en Madrid en 1971, es licenciado en Geografía e Historia, especialidad Historia Antigua y Medieval, por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Además, obtuvo el Certificado de Aptitud Pedagógica, dentro de la Formación e Iniciación al Profesorado de Secundaria (FIPS), realizado en el Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la UAM. Y ejerce de arqueólogo profesional.

Vinculado al mundo de la cultura y de la educación, está implicado en asociaciones y en el activismo social y político. El sector social le atrae y le mueve.




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