Cabeza de mujer (Fernande) | Pablo Picasso | ‘La pieza invitada’ | Museo Picasso-CEA | Buitrago del Lozoya

Cabeza de mujer (Fernande) en el Museo Picasso de Buitrago

Cabeza de mujer (Fernande) -1908- | Pablo Picasso | 'La pieza invitada' | Museo Picasso-CEA | Buitrago del Lozoya

Del 15 de septiembre al 20 de diciembre, el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias de Buitrago del Lozoya presenta Cabeza de mujer (Fernande) en una nueva edición de ‘La pieza invitada’. Un programa expositivo cuyo objetivo es acercar al público obras de Pablo Picasso procedentes de otras instituciones. Así como establecer un particular diálogo con la colección permanente del museo madrileño.

El busto Cabeza de mujer (Fernande) pertenece a la colección del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Y está firmado, fechado y numerado al dorso como realizada por Picasso en 1908. Y fue fundida a la cera perdida por el taller de Claude Valsuani en 1957.

Además, de manera paralela a la exposición, el museo ha programado visitas guiadas a ‘La pieza invitada’ todos los domingos, entre las 11:30 y las 13:30 horas, sin reserva previa.

Puedes abrir (y descargar) el PDF con la hoja de sala de ‘La pieza invitada’ en el enlace siguiente:

Cabeza de mujer (Fernande) en el Museo Picasso-CEA de Buitrago del Lozoya

Pablo Picasso es el artista que abarca y condensa como ningún otro el siglo XX, El que más caminos abre y, pro supuesto, el que más polémicas y pasiones suscita.

Desde 1904 vive y trabaja en París, pintando obras pioneras como el ‘Retrato de Gertrude Stein’ (1905-1906). Y allí comienza su interés por el arte primitivo, al tiempo que a visitar el museo etnográfico del Trocadero. No obstante, el interés del artista malagueño por el arte ibérico y africano es más formal que histórico o etnográfico. Además, supondrá un replanteamiento revolucionario de las artes plásticas.

En 1907 comienza una obra de gran formato, que concluye en julio y que será una de las pinturas más célebres del siglo XX: ‘Les demoiselles d’Avignon’. Y en un proceso de trabajo sobre el arte primitivo que continúa en obras como Cabeza de mujer (Fernande) de 1908.

Este busto de bronce representa un rostro humano que se ha transformado de modo tan radical, que ya no parece una máscara, es una máscara. Además se exacerba de forma obsesiva el papel de los ojos: abiertos, fijos, inmóviles. Además, la rigurosa geometrización anuncia ya el comienzo del Picasso cubista.




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